Sierra Nevada desde Granada: tranvía, moda y consejos de viaje de la señora Porrúa.

Descubre cómo llegar, la evolución del esquí y la diversión en la nieve desde la histórica Granada hacia Sierra Nevada.

¡Hola, queridos amigos amantes de la aventura y la nieve!



Íbamos Pepe y yo caminando por Granada cuando nos topamos con un turista despistado que buscaba llegar a Sierra Nevada. ¡Imaginen la sorpresa! Aquí estábamos, recordando nuestras locuras en la sierra, cargados como si fuéramos a mudarnos por el frío, deslizándonos con amigos en cartones por las pistas de nieve y riéndonos como locos tras nuestros estrepitosos 'aterrizajes'. Y claro, con nuestros bocadillos de longaniza, tortillas y filetes empanados a cuestas. ¡Ah, cómo cambian los tiempos! ¡Qué momento para compartir las rarezas de la montaña.

Empecé por contarle sobre aquel maravilloso tranvía de Sierra Nevada, ¡una verdadera proeza que unía la capital y las alturas, atravesando túneles y puentes! Y qué curioso, ¡hasta los que no lo conocieron lo añoran! Un verdadero símbolo, os lo aseguro.

Hablé también sobre la moda para esquiar, ¡una comedia, de verdad! Desde las prendas de lana hasta las locuras de lamé de oro y plata que convertían a las esquiadoras en patines humanos. ¡Qué tiempos aquellos!

Y la evolución no se detuvo: monos acolchados en los '80' que convertían el baño en un reto digno de mención y una moda estancada entre pantalones acolchados tipo mono o ajustados con franjas reflectantes. ¡Una auténtica muestra de estilos extravagantes!


Ahora, para aquellos valientes que deseen aventurarse en Sierra Nevada desde Granada, les dejo tres opciones: el cómodo autobus de la empresa  Tocina, el coche, para sentirse libres pero ¡cuidado con el hielo y la nieve! Y, por supuesto, el taxi, esa mezcla perfecta entre comodidad y libertad.

Y para que nadie se pierda en Sierra Nevada hay de todo: hoteles, restaurantes, zonas para toda la familia, pistas para todos los niveles y muchísimo ambiente nocturno, ¡con discotecas, bailes y diversión asegurada!

¡Espero que esta historia os haya entretenido tanto como a mí vivirla! 

Vuestra siempre,

La Porrúa 



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