Halloween en la Alpujarra: ¿Por qué tallamos calabazas?
Entre Meigas y Leyendas Celtas, Descubre el Origen de las Calabazas y Otros Secretos de Halloween en la Alpujarra.
Queridos lectores:
Dicen que en otoño los espíritus están más cerca… y, claro, Halloween está a la vuelta de la esquina. Hoy, en uno de esos paseos con Pepe por el Albaicín, con la Alhambra al fondo y el fresco otoñal que nos hace sacar las bufandas, me dice: “¿Sabías que Halloween tiene raíces celtas?”. Y ahí mismo empezamos a imaginar… resulta que aquellos antiguos celtas celebraban el Samhain, convencidos de que los espíritus volvían a nuestro mundo en esas fechas, como para echar un ojo y ver si todo iba en orden.
Pepe, con esa chispa que le sale cuando se habla de leyendas, me dice: “¿Y si subimos a la Alpujarra? ¡Es la época perfecta!”. Así que, sin pensarlo dos veces, tomamos rumbo a esas montañas llenas de historia, donde los relatos de otro tiempo se mezclan con los colores ocres y rojizos de la sierra.
La Alpujarra es uno de esos lugares donde parece que el tiempo camina a su propio ritmo. Este rincón andaluz, escondido entre montañas, fue refugio de los moriscos que resistieron tras la conquista cristiana. Sus casitas blancas y sus calles empinadas guardan secretos que, dicen, solo se revelan a aquellos que saben escuchar el silencio de sus valles.
Misterios Soportujar |
Seguimos hacia Soportújar, el pueblo de las meigas. Aquí, con su aire misterioso y ese toque de hechicería, sentimos el ambiente perfecto para Halloween. Nos encontramos con historias de brujas y aquelarres, de pócimas y hechizos. No hace falta ser un experto para notar que el aire tiene algo distinto, como si en cualquier esquina pudiera aparecer una meiga haciendo de las suyas.
Y claro, no podíamos irnos sin ver el famoso castaño de Bubión, ese árbol que, ni corto ni perezoso, fue juzgado por la Inquisición. Dicen que los aldeanos aseguraban que estaba embrujado: susurros extraños, frutos que caían fuera de temporada… el pobre árbol soportó acusaciones de brujería hasta que decidieron condenarlo (por supuesto) a la hoguera. Pero, como buena leyenda, el castaño sigue en pie, con sus ramas extendidas como brazos que guardan las memorias de aquellos días en que las supersticiones mandaban.
Al caer la tarde, de regreso, sentimos que hemos hecho un viaje en el tiempo, donde cada parada nos ha contado una historia y cada pueblo nos ha regalado un misterio. Así que, si este Halloween os entra la tentación de buscar calabazas talladas, recordad que en la Alpujarra lo que sobran son historias con más sabor que un saco de dulces. A lo mejor, entre una curva y otra, os cruzáis con ese castaño que aún guarda secretos… o con el fantasma de Jack, buscando desesperado su próxima linterna.
Hasta la próxima, queridos lectores, y que tengáis un Halloween lleno de misterio.
Vuestra siempre, La Señora Porrúa
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Muy acertado para la época. Estoy pensando en acercarme a la Alpujarra y cambiar las meigas por el castaño.
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Eliminar¡Ah, qué buena idea! Las meigas de Soportújar tienen su encanto, pero el castaño de Bubión no se queda atrás, ¡y con toda la historia que carga! Ya me contarás si el viejo árbol te revela alguno de sus secretos… ¡Feliz ruta por la Alpujarra en esta época mágica!
Habrá que visitar esos pueblos de la Alpujarra que tan cerca tenemos
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. A veces lo más fascinante está más cerca de lo que pensamos. Gracias por tu comentario
EliminarQue ganas me han entrado de ir a la Alpujarra en esta época del año 😍
ResponderEliminarLa Alpujarra en otoño tiene un encanto único, con esos colores y misterios en cada rincón. ¡Gracias por leer y ojalá disfrutes de esa escapada!"
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