Los andaluces, ¿hablamos mal? ¡Venga ya!

Desmontando prejuicios y celebrando la riqueza de nuestro idioma

Queridos lectores,

hoy Pepe y yo nos hemos regalado una mañana maravillosa en el Parque de las Ciencias de Granada.

Después de recorrer todas esas instalaciones llenas de ciencia y curiosidades, decidimos hacer una parada en una terracita cercana para tomarnos una cervecita al sol. Todo iba perfecto, hasta que en la tele del bar apareció lo de siempre: "Los andaluces hablan mal".

Ni me sorprendí. Le eché una mirada a Pepe, levantando una ceja y con toda la ironía del mundo le solté:

—Vaya, Pepe, qué novedad, ¿has oído lo que dicen en la tele? ¡Otra vez con lo de que hablamos mal! Es que ya cansa…

Pepe, con su calma habitual, me miró y me respondió, muy serio:

—Es que esos comentarios vienen de gente que no entiende la riqueza del idioma. No tienen ni idea de la diversidad lingüística y cultural que hay en España.

Y claro, ahí me dejó pensando. Porque si seguimos dejando que esas ideas se repitan, al final, nunca van a entender lo que de verdad hay detrás de nuestro acento y nuestra forma de hablar. Así que, vamos a aclarar esto de una vez por todas. ¡El andaluz es tan legítimo como cualquier otra variante del español!

Primero, la variación geográfica. Vamos a ver, el español cambia según la región, y eso es lo que lo hace tan rico. En Andalucía, nuestro acento y vocabulario pueden sonar distintos, pero eso no quiere decir que hablemos mal. ¡Qué va! Solo significa que cada región tiene sus peculiaridades. ¿No es eso lo que hace que el español sea tan interesante?

Luego está la variación social. Aquí entran en juego cosas como el nivel educativo o la clase social. Vamos, que no es lo mismo hablar en una reunión formal que estar charlando con los amigos en el bar. Y eso pasa en Andalucía y en cualquier otra parte. Así que, cuando critican cómo hablamos, en realidad lo que están haciendo es no entender que usamos el lenguaje según el contexto, ¡como todo el mundo!

Otra cosa importante es la variación a lo largo del tiempo. El español que hablamos hoy no es el mismo que se hablaba hace siglos, ¡ni de broma! El idioma ha ido evolucionando, y el andaluz es una muestra más de esa evolución. Ninguna forma de hablar es más correcta o antigua que otra; todas reflejan los cambios del tiempo.

Por último, está la división  funcional. Ajustamos nuestro lenguaje dependiendo del contexto, lo mismo en Andalucía que en cualquier otro sitio. El lenguaje que usamos en una conversación formal es diferente al que usamos en una conversación informal, ¿verdad? Y eso pasa en todas partes.

Así que, queridos lectores, la próxima vez que alguien diga que los andaluces hablamos mal, respiren hondo y piensen un poquito. Lo que de verdad hace falta es más comprensión sobre la riqueza de nuestra lengua. El andaluz tiene tanto valor como cualquier otro acento del español. La diversidad del español es lo que precisamente le hace especial con sus distintas formas de hablar y  todos los matices que le aportan su encanto. Y, sinceramente, ya va siendo hora de que nos dejen en paz con nuestro acento, que a nosotros nos encanta tal y como es.

Con todo el cariño del mundo,

Vuestra siempre. La Porrúa

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