El elfo travieso, Papá Noel y el calendario de Adviento: por qué diciembre ya no es lo que era (y nos encanta).


🎄 El elfo travieso, Papá Noel y el calendario de Adviento: por qué diciembre ya no es lo que era (y nos encanta).



Queridos lectores:

Esta mañana de diciembre, tan típicas de Granada —de esas en las que se te congelan hasta las ideas y no sabes ya qué más ponerte—, Pepe y yo nos sentamos en la Churrería Alhambra, en plena Plaza Bib-Rambla, a tomarnos un chocolate con churros como dos valientes desafiando la rasca.

Con ese chocolate, que es más reparador que un abrazo de mantita eléctrica, una ya se siente lista para cualquier desastre navideño… incluso para esquivar a los que se pelean por el último churro.

Allí estábamos, calentándonos las manos en la taza, cuando yo, como quien no quiere la cosa, le pregunto a Pepe:

—Pepe, ¿tú te has fijado en la cantidad de elfos que hay ahora en todas las tiendas? Elf on the Shelf, elfos colgando, elfos vigilando… ¿Esto por qué es?

Pepe sonrió, con esa calma que me baja las revoluciones, y me dijo:

—Ay, señora Porrúa… si supieras la historia que hay detrás.

 El origen del elfo travieso (Elf on the Shelf).

—Pues verás —me explicó Pepe—: lo de los elfos viene de las tradiciones germánicas y escandinavas, donde estas criaturas eran espíritus del hogar. Años después, en Estados Unidos, se popularizó el famoso Elf on the Shelf: un elfo que “vigila” a los niños y por las noches va a contarle a Santa cómo se han portado.

Esa mezcla de magia, juego y disciplina gustó tanto que cruzó el charco… y ahora los tenemos en España como si siempre hubieran vivido aquí, observándonos con cara de: “Sí, señora, vigilo hasta las zapatillas”.

Papá Noel: el gran mito moderno.

Papá Noel, por su parte, proviene de San Nicolás, patrón de los niños. Su figura viajó desde las tradiciones holandesas y británicas, y finalmente se consolidó a principios del siglo XX gracias a campañas publicitarias (sí… especialmente de Coca-Cola).

Fue entonces cuando se fijó la imagen del señor barrigón, amable, vestido de rojo y barba blanca, que hoy aparece en todos los escaparates y películas.

Sin esos anuncios, probablemente Papá Noel no sería el mismo protagonista que tenemos ahora pegado en los escaparates de toda Granada.

El calendario de Adviento: del origen cristiano al lujo moderno.

El calendario de Adviento sí tiene un arraigo más antiguo y europeo. Surgió en ambientes cristianos de Alemania, donde los niños marcaban los días de Adviento con velas o dibujos hasta llegar a Navidad.

Después llegaron las ventanitas con imágenes…
Y hoy, bueno… hoy tenemos calendarios de Adviento de chocolate, de maquillaje, de quesos, de ginebra, de embutidos y hasta de cremas coreanas que valen más que mi abrigo bueno.

Pepe hilaba estas historias como si fueran cuentas de un mismo collar. Tres tradiciones de lugares distintos, conviviendo alegremente en el salón de nuestras casas.

Yo pensaba que, si los elfos tuvieran móvil, seguro ya me habrían etiquetado en Instagram con mi chocolate calentito.

Tres tradiciones, tres funciones (y todas necesarias).

El calendario de Adviento: orden en medio del caos.

Las ventanitas (o cajitas, o cajoneras deluxe) nos marcan el ritmo del mes.

Cada mañana tienes un pequeño regalo: algo dulce, bonito o simbólico.
Psicológicamente, aporta estructura: evita que diciembre parezca una avalancha.

Es como si alguien te dijera:

“Tranquila, hoy solo abres una ventanita. Mañana seguimos.”

Y te da permiso para no mirar el móvil veinte veces antes del desayuno.

Papá Noel: la ilusión que sostiene diciembre.

Él es la meta, el final feliz.

Las familias se organizan, compran, esperan, sueñan.

Papá Noel funciona como ese pensamiento que te anima:

“Aguanta un poco más… lo bueno está por llegar.”

Es el broche emocional del mes.

Y si trae chocolate, mejor que todas las luces de Navidad juntas.

 El elfo travieso: el humor que evita el colapso. Porque diciembre, sin humor, no lo soporta nadie.

Trabajo, colegios, compras, cenas, atascos…
El elfo travieso aporta una travesura diaria: una chispa que rompe la tensión.

Ese aire fresco que te hace reír cuando el día se tuerce.
Y si deja un rastro de harina o se mete entre los calcetines… pues bienvenida sea la creatividad y el pequeño caos festivo.

Entonces… ¿por qué funcionan tan bien?

Mientras lo pensaba, me dije:

“Pues mira… entre ventanitas que me organizan, un señor que promete regalos y un muñeco que hace el tonto, diciembre está mucho mejor organizado que el resto del año.”

Por eso, queridos lectores, yo critico lo justo y necesario… pero oye:
que vengan los tres y se queden.

Un poco de orden, un mucho de ilusión y una dosis diaria de tontería nos vienen de perlas a todos, grandes y pequeños.

Y tú… ¿con cuál te quedas?

Vuestra siempre,
La Porrúa

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👉 ¿Eres más de calendario de Adviento?
👉 ¿Del eterno Papá Noel?
👉 ¿O ya tienes un elfo travieso vigilando en casa?


Comentarios

  1. Con los tres!!Q no se pierda la ilusión!da igual la opción que se elija!Feliz Navidad!

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    1. Ay, qué razón tienes!
      Feliz Navidad y gracias por pasarte por el blog! 🎄✨

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  2. Me encantan los elfos y me encanta tu blog. Gracias

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  3. ¡Gracias por estar ahí y por darle vida al blog! ✨

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