Operación olla de San Antón.

Tradiciones y sabores de Granada conquistando paladares.

Queridos lectores, en estos días finales de enero, cuando las dietas saludables parecen desvanecerse más rápido que los propósitos de año nuevo, nuestros astutos granadinos nos deleitan con el primer festín del año: la olla de San Antón. Una celebración que, aunque en sus inicios tuviera más que ver con animales y romerías, ha evolucionado en la excusa perfecta para reunirse, disfrutar y darse un homenaje gastronómico.
Y sí, Pepe y sus amigos ya han activado la 'Operación Olla de San Antón', ese ritual gastronómico anual que nos permite olvidar temporalmente nuestras resoluciones mientras nos entregamos a un festín de risas y sabores.

En la mágica comarca de la Vega de Granada, el entusiasmo se enciende como las hogueras que los niños preparan con alegría, compitiendo en los concursos de 'Lumbres de San Anton'. Un espectáculo que alcanza su apogeo en las festividades de Los Chiscos de Torvizcón, reconocidas como de Interés Turístico Nacional. La tradición empieza con la quema de 28 hogueras que iluminan los barrios y calles del municipio, convirtiéndose en el epicentro donde vecinos y visitantes disfrutan de chacinas y vino de la Contraviesa.

Pero eso no es todo, en esta encantadora localidad, la peculiar costumbre de criar dos 'marranillos de San Antón' de forma comunitaria lleva más de un siglo. Estos animales, alimentados por los propios vecinos, serán sorteados en las festividades que culminarán este domingo, añadiendo un toque único a la celebración.  También las fiestas de Los Chiscos de San Antón iluminan Laroles, Yátor, Bubión, Ugíjar, Soportujar y Busquístar entre otros, este fin de semana.

Viajemos al pasado, cuando San Antón era el héroe contra epidemias animales y plagas de langostas en la capital granadina. En esa época, las familias acudían corriendo a su ermita en busca de auxilio, llevando a sus animales para recibir la bendición. San Antón, el patrón de los animales, era la esperanza en tiempos de calamidades, y las romerías se convertían en una mezcla de entretenimiento entre barracas de feria, verbenas y, por supuesto, la bendición de los animales.

Aunque la romería desapareció con la urbanización de la Avenida Cervantes, la celebración de la 'Olla de San Antón' sigue siendo una tradición arraigada. Los restaurantes de Granada y provincia ofrecen este manjar, antes conocido como 'potaje de habas', con sus variantes y, como buenos castellanos nuevos, añadiendo cerdo a mansalva para afirmar la cristiandad.

Así que, mientras Pepe y sus amigos se embarcan en su operación anual, Granada se llena de risas, sabores y la inconfundible esencia de la 'Olla de San Antón'. Porque, admitámoslo, en enero todos necesitamos un buen pretexto para disfrutar de la vida con un toque de tradición. 

                                                                             

Hasta la próxima entrada.

Vuestra siempre, La Porrúa. 

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